«No me veo capaz de hacer solo una cosa».
Ana Corbel mantiene intacto el recuerdo de su niñez en la pedanía quesadeña de Collejares, donde dice que el acontecimiento más importante que había a lo largo del año era la recogida de la aceituna. Esas raíces han hecho que «Aceituneros de Jaén», el poema de Miguel Hernández que se convirtió en himno de la provincia, haya quedado ligado de por vida a su voz y su interpretación.
De aquella infancia recuerda que era como una flor que trataba de crecer entre el cemento. «He crecido entre olivos, en un entorno rural y agrícola», explica. Esa circunstancia hace que Ana Corbel saque la hondura y la esencia de una tierra de agricultores, de aceituneros altivos, cada vez que interpreta los versos del «poeta del pueblo».
Cantante, modelo, actriz, creadora de contenido, también compositora, a punto de estrenar un trabajo discográfico que contiene canciones suyas –el 24 de mayo se lanza Es mejor, el primer single–, no lo gusta escuchar aquello de «qué suerte tienes», porque considera que detrás de una carrera debe haber mucho trabajo y esfuerzo, algo que aprendió de su padre y de su familia.
Ha participado en Se llama copla, allá por el año 2013, en La voz y en ‘Flamencos y Mestizos’, donde conoció a otro ubetense universal, Paco Ortega, porque Ana Corbel, tras su infancia, ha vivido en la ciudad Patrimonio Mundial, una ciudad a la que ama y donde tiene todas esas raíces que le han dado la fuerza para, a sus 33 años, ser una de las cantantes, actrices y modelos de mayor proyección en el mundo del espectáculo de este país.
Hoy, en De bar en peor, desde el pub Pipa’s de la capital, Ana Corbel.
Una entrevista de Carolina Cañada y Ramón Guirado para Extra Jaén.
