«Ser obispo no es una dignidad, sino un servicio», ha dicho durante la rueda de prensa en la que ha estado acompañado por su predecesor, el cardenal Carlos Osoro
El papa Francisco ha nombrado este lunes a José Cobo como nuevo arzobispo de Madrid, la diócesis más importante de España. Se trata de un arzobispo de corte aperturista para combatir las facciones más conservadoras de la Iglesia Católica. «Me presento ante vosotros y ante la diócesis, primero con cierto vértigo, y también con responsabilidad», ante Dios, ante la Iglesia y ante el Santo Padre, ha declarado en su presentación.
Siendo sacerdote, vicario y obispo en la diócesis, formando parte de «este presbiterio que tanto quiero», el arzobispo electo ha reconocido que llega al servicio con sus «pobrezas», pero «confío de verdad en que no estoy solo». «He sido muy feliz siendo cura de Madrid; sé que mis hermanos están ahí», se ha referido a los sacerdotes, y también a los obispos auxiliares monseñor Jesús Vidal y monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ. Asimismo, sabe que cuenta «con la ayuda y el sostenimiento de tantos laicos y laicas de Madrid».
Cuando a Cobo le comunicaron la decisión del papa Francisco, «uno lo primero que piensa es ‘salgo corriendo'». Por eso tuvo un primer tiempo de acogida, discernimiento y aceptación en el que le ayudó mucho una frase: «Dios no llama a los capaces, sino capacita a los que elige».
Ahora, ante este nuevo reto, siente el vértigo de los novios antes de casarse «por la inmensidad de lo que significa el matrimonio; pero cuando se está enamorado, estas cosas se hacen más fáciles, y yo me encuentro enamorado del Señor y de la misión que él me encomienda», ha remarcado.
Sobre el futuro, «mi función será guiar, predicar, celebrar, pero, sobre todo, acompañar para que la diócesis llegue a donde Dios quiere que llegue, y eso sé que lo vamos a hacer juntos». En este sentido, ha aludido a su especial predilección por los pobres: «Espiritualmente y personalmente la mirada de los más pobres siempre me ha despertado».
Por el momento, su hoja de ruta será «escuchar» para crear equipos de trabajo y abordar el nuevo curso. En esta etapa, ha dicho, hay tres palabras que van a acompañar a toda la Iglesia: participación, comunión y misión, que serán un «buen eje» para iniciar esta nueva etapa.
«Ser obispo no es una dignidad sino un servicio. Agradezco lo que me han enseñado los obispos mayores», ha dicho Cobo, quien esta mañana ha estado acompañado por su predecesor, el cardenal Carlos Osoro. «Don Carlos me ha enseñado a mirar al vida con ojos de pastor y a afrontar las dificultades con ojos de pastor; él ha sido maestro para mí», ha destacado. Por su parte, el cardenal Osoro ha puesto de relieve la «generosidad» de monseñor José Cobo «por ponerse al servicio de esta diócesis».
Sobre José Cobo Cano
Tiene 57 años y ha sido el obispo auxiliar de Madrid desde 2017. Además, en la Conferencia Episcopal Española (CEE) es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y promoción humana desde marzo de 2020. Dentro de esta Comisión, es el obispo responsable del departamento de Migraciones.
Nació en Sabiote el 20 de septiembre de 1965. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1988, entró en el seminario de Madrid ese mismo año. Realizó los estudios de Ciencias Morales en el Instituto Redentorista, vinculado a la Universidad Comillas, y el 23 de abril de 1994 fue ordenado sacerdote.
Comenzó su ministerio pastoral como viceconsiliario de la Hermandades del Trabajo de Madrid. Desde 1995 fue vicario parroquial de San Leopoldo hasta el año 2000 en que fue nombrado párroco de San Alfonso María de Ligorio y miembro del Consejo presbiteral.
En 2001 fue nombrado arcipreste de Nuestra Señora del Pilar (Aluche-Campamento) y participó en el II Sínodo diocesano como miembro de la Comisión Permanente. En 2015 fue nombrado vicario episcopal de la Vicaría II, miembro del consejo presbiteral y del consejo diocesano de pastoral, cargos que desempeñó hasta su nombramiento episcopal.
El 29 de diciembre de 2017 se hizo público su nombramiento como obispo auxiliar de Madrid, asignándole la sede titular de Beatia (Baeza, Biatien-sis), que tenía como metropolitana a Sevilla, recibiendo la ordenación episcopal el 17 de febrero de 2018.